Pedro se revela (24)


Tras la última semana de exámenes, por fin acabaron y como Irene y Raúl habían previsto, celebraron una pequeña fiesta en la casa de Pedro, en el patio. Pero nadie contaba con lo que iba a pasar, Juan y sus amigos se presentaron allí, y fueron directos a por Pedro, Juan le asestó un buen puñetazo, mientras gritaba a Pedro que se defendiera, mientras este le pegaba, los amigos de Juan hicieron un corro alrededor de ambos para que nadie entrara a la pelea y grababan con el móvil. De repente se hizo el silencio, y Pedro empezó a esquivar puñetazos, toda la gente asombrada por su reacción comenzaron a gritar el nombre de Pedro una y otra vez.

niño bullying

Pedro escuchaba como todo el mundo lo aclamaba simplemente por evitar que Juan le pegara  empezó a pensar lo que podría cambiar su vida si le plantaba cara, tras esta reflexión estaba apunto de convertirse en un héroe, como él era bastante más grande que Juan su reacción fue rápida, Pedro levantó a Juan del suelo y cuando estaba a casi un metro del suelo lo tiró, el golpe fue tan grande que ni los amigos de Juan ni ninguno de los presentes sabía que hacer, Juan se levantó como pudo porque le costaba mantenerse en pie, y se fue de allí ayudado por tan solo dos de sus amigos.

Todos los chicos y chicas que quedaron en la fiesta, incluidos los demás amigos de Juan, aclamaban a Pedro, porque no solo se había defendido a sí mismo, sino que había roto el grupo de matones que había formado Juan.

Cuando la madre de Pedro llegó y se enteró de todo, estaba un poco enfadada porque no quería que su hijo pegara a nadie pero se sentía tan orgullosa, de que su hijo se sintiera fuerte y hubiera conseguido amigos, que no solo no le castigo, sino que le premió, como él no quería ir al pueblo, simplemente fueron unos días para ver a su familia, y volver  su ciudad a compartir su verano con sus amigos.

Fin

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La mochila rota (20)


Y entonces Raúl contestó diciéndole que ya ni Juan ni nadie se meterían con él, pero que él ya no sería su amigo, como Pedro prefirió a Irene, Raúl se fue con Juan, estos últimos, hicieron muy buenas migas, tanto que un día en el recreo jugando al fútbol, Juan dijo a Raúl que le tirara un pelotazo y este lo hizo.

Pedro se sentía tan mal consigo mismo que llamo a Irene para poder hablar y desahogarse, le contó que Raúl le había dejado de lado por estar todo el tiempo con ella. Irene que se sentía culpable por lo que había pasado con Pedro y Raúl, decidió hablar con Raúl, y contarle que Pedro lo estaba pasando muy mal con la discusión de ambos, Raúl le dijo que no querría ser más su amigo, porque cuando Pedro estuvo solo, Juan estuvo allí para ayudarle pero ahora que ha encontrado a otra, no quiere cuentas con él, y eso no le gusto.

mochila

Irene intentaba animarle todos los días, y que pendiente de ella, no echara a Raúl en falta, pero no lo conseguía, porque todo en el instituto le recordaba a Raúl, a cuando eran amigos inseparables, y no les importaba que hacer por el otro, más que amigos eran hermanos.

Cuando al pasar dos o tres días Juan y sus amigos rompieron la mochila de Pedro, a este se le venia el mundo encima, pensaba que esto era cosa de Raúl, pero no era así, su amigo Raúl se acababa de enterar de lo sucedido e inmediatamente se dirigió…

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Una trampilla inesperada (17)


Todos formaron un círculo alrededor de Miguel y Marta, pero no llegaron a ninguna conclusión acerca del pequeño dragón. Entonces el duende les dijo a los chicos que si no se llegaba a ningún acuerdo, tenían que turnarse los días para estar con el pequeño dragón. Marta no estaba nada de acuerdo, y con el dragón en las manos salió a correr a toda prisa. Todos los animales que estaban allí e incluso Miguel corrieron detrás de ella. Nadie se esperaba esa reacción, y Miguel no sabía ya ni que hacer; por una parte quería entregar el dragón a los animales del bosque, pero por otra quería defender a Marta de lo que le pudiese pasar por salir corriendo con el dragón en sus brazos. De pronto, Marta cayó por un hoyo muy profundo en el que sólo había un puñado de tierra en el fondo. Los animales le seguían la pista, pero no se dieron cuenta de que Marta se había caído en una trampilla que los animales del bosque tenían para cazar alguna liebre o algún conejo para cenar. El pequeño dragón que estaba con Marta, comenzó a crecer y ya no era tan pequeño como imaginábamos, sino que había crecido en menos de un minuto más de 60 centímetros. Marta se asustó tanto que pegó tal grito que, Miguel, que estaba perdido por el bosque lo oyó y se acercó a ver quién se había caído por la trampilla. Miguel preguntó:

– ¿Hay alguien ahí?

Marta sabía que era Miguel, y le dijo que por favor le lanzase una cuerda, que tenía mucho miedo porque todo estaba muy oscuro y que cuando viese lo que había pasado no se lo iba a creer. Entonces Miguel sacó una cuerda de su mochila y la lanzó por el hoyo, pero había un problema: La cuerda no era lo suficientemente larga para llegar hasta Marta y no podía sostener tanto peso para subir a Marta y al dragón, que ya no era un bebé.

La reunión(16)


Miguel y Marta no se lo podían creer, primero los lleva hasta un dragón, luego hasta un estanque de cocodrilos y encima se lleva la piedra que tanto les ha costado encontrar, Miguel ya estaba harto de perdonar a Chiguaka por lo que les hacia y estaba muy enfadado, pero como bien le recordó Marta no era momento para enfadarse, se acababa el tiempo y Miguel lo sabia, con el bebe dragón en manos de su enemigo era solo cuestión de tiempo que todo se acabara para ellos y para Merlín, se apresuraron a seguir las huellas de chiguaka, vieron que sus huellas se adentraban en el bosque y eso les dio miedo, ya que era una parte del bosque que estaba mucho más oscura que las demás, aun así no tenían elección así que avanzaron con valor y mucha fe. De pronto cuando se internaron en lo profundo del bosque lo vieron, era una reunión de animales mágicos, todo tipo de criaturas que os podáis imaginar: unicornios, hadas, duendes, centauros, nomos, pegasos, hipogrifos, etc… Esto se estaba poniendo feo y Miguel lo sabia, ya que sin sus poderes no podía enfrentar a estos seres mágicos, y como Marta no sabia utilizar sus poderes no tenían oportunidad de enfrentarlos, pero para su sorpresa se separo del grupo un ser mágico…era Chiguaka, se acercaban a ellos y comenzó de nuevo a hablar a gemidos in entendibles, pero cuando Miguel estaba apunto de gritar a Chiguaka por haberse ido con la piedra un duende hablo a espaldas de Chiuaka.

Duende: ¡Por fin habéis llegado!, os estábamos esperando, bien para vuestra información esta es una reunión que hemos organizado por vosotros para tratar el tema del bebe dragón secuestrado, esta reunión es para decidir si nosotros, los seres mágicos tomaremos parte en esta lucha a vuestro lado o permaneceremos tranquilos sin entrometernos ni ayudaros. Así que… ¡Qué comience la reunión!

El resbalón inoportuno (14)


Entonces, Marta y Miguel se preguntaron la causa por la cual el Chiguaka los había llevado hacia allí, y empezaron a dar marcha atrás rápidamente y a una velocidad atroz. Entonces, el Chiguaka empezó a gritar y a agarrarlos por el brazo, pero Marta y Miguel intentaban salir de aquel lugar. El dragón cada vez se acercaba más a ellos e intentaba alcanzarlos, pero esta vez, el dragón no tenía fuerzas para echar una llamarada por su gran boca: estaba indefenso. Marta y Miguel se quedaron asombrados al ver al dragón sin fuerzas, y se escondieron en una guarida que había dentro de la cueva. El Chiguaka pronto los alcanzó y dieron la vuelta por otro lugar, pero que estaba aún más oscuro que por donde se encontraba el dragón. Querían llegar al lugar en el que estaba la piedra roja, porque llevaban ya dos horas caminando por el mismo sitio sin encontrar nada: estaban desesperados.

Llegaron al fin de la cueva, y allí se encontraba el lago y el cocodrilo que tenía la piedra. Miguel no tenía narices a traspasar el lago, porque no sabían que cocodrilo era, ya que había más de veinte y ninguno tenía la boca abierta. Para encontrar la piedra tenían que pasar por encima de ellos y cuando abriesen la boca quitarle la piedra roja al cocodrilo que la tuviese. Marta le dijo a Miguel que él era el adecuado para pasar por ahí, porque ella tenía mucho miedo y el Chiguaka estaba demasiado loco para pisar a los cocodrilos y de un mordisco se lo comerían. Marta le prometió a Miguel que él le protegería con sus poderes, pero que tenía que ir rápido y con cuidado. Miguel estaba muy asustado, y al principio no quería, pero al final Marta lo convenció y se atrevió a pasar. Cuando Miguel se dispone a ello, el Chiguaka empieza a decir esas palabras raras que suele decir el y se resbala con una piedra que estaba llena de agua…

 

De vuelta al laberinto(13)


A Miguel no hacia más que rondarle una y otra vez la misma pregunta: “¿Sería Chiguaka de fiar o solo les seguía el juego para conseguir lo que quería?” Miguel estaba muy alerta pero poco podía hacer ya que era Marta quien tenía sus poderes, pero esta no sabia utilizarlos y él no tenia tiempo de enseñarle como usarlos, ya que Merlín tardo 40 años en enseñarle a usar sus poderes, y el no disponía de tanto tiempo.

Avanzaban por lo espeso del bosque siguiendo a Chiguaka, quien se paraba cada dos por tres para cazar algún animal, y cuando le preguntaban cuanto faltaba para llegar este decía “uahg auhg auhg”, lo cual hacia reír mucho a Marta pero a Miguel no le hacia ninguna gracia, ya que no entendía ni pío, aparte de “si” y “no” parecía que no sabia ninguna otra palabra de nuestro idioma, y sin sus poderes Miguel no podía hacer nada por entender lo que decía. El camino que seguían le resultaba extrañamente familiar a Miguel.

Y de repente Miguel lo vio, una cueva la cual ya había visto anteriormente, ¡era el laberinto! ¡la guarida del dragón!, Miguel se detuvo, este no tenia ninguna intención de volver a ese lugar, ya que no tenia sus poderes para defender a Marta ni a el mismo si el dragón los atacaba, y teniendo en cuenta que la última vez que se vieron el dragón y ellos, estos se llevaron a su hijo y casi el dragón se los zampa a Miguel y Marta lo más sensato era dar media vuelta, y así se lo dijo a Chiguaka y a Marta, pero Chiguaka no hacia más que decir lo mismo una y otra vez “uahg auhg auhg”, en cualquier otra situación habría resultado gracioso pero Miguel sabia que si entraban sería su fin.

Entonces ocurrió, el suelo empezó a temblar, un potente rugido y una figura gigante apareció, el dragón salió en busca de venganza y se dio cuenta de que Chiguaka los había llevado hasta el dragón apropósito, y sin sus poderes estaban a merced del dragón…

La piedra que escondía el cocodrilo rojo (11)


Marta y Miguel no sabían que hacer. Estaban sentados en una roca, y a su alrededor había muchas plantas largas y anchas. Marta arrancó una del suelo para cubrir la herida de Miguel, pero de repente se abrió un agujero muy hondo al arrancar de raíz la planta y fue corriendo hacia Miguel para que éste hiciese algo, pero era ella quien tenía los poderes. La planta absorbía todo lo que estaba a su alrededor, pero no logró alcanzar a los chicos. Miguel no conseguía correr muy rápido, pero se escaparon por un camino muy estrecho en el que estaba situado un camión de batidos de chocolate. Miguel y Marta tenían mucha hambre y sed, pero se les ocurrió abrir todos los batidos y con ellos, tapar el inmenso agujero que les iba a atrapar.

De pronto, apareció el dueño del camión, y Marta y Miguel se quedaron quietos. Le intentaron explicar lo que estaba pasando, pero el dueño del camión no se lo creyó y les dijo que le tenían que pagar todos los batidos que habían vaciado.

Miguel y Marta, no sabían cómo explicarle lo que estaba pasando, así que le dijeron que cuando pudieran se lo iban a pagar. Los chicos habían tapado casi entero el agujero y cada vez iba más lento así que no se preocuparon más del problema.

En una casa que había en la esquina del callejón se encontraba una anciana. Ella tenía un mensaje para Marta y Miguel. La anciana los llamaba a voces, pero Miguel creía que estaba loca y que no les llamaba a ellos. Pero Marta leyó el cartel que la anciana sostenía con sus manos:

“Busco a unos chicos de parte de Merlín”, decía el cartel.

Los chicos se acercaron a la anciana y le dijeron cuál era la siguiente misión que tenían que cumplir:

– Tenéis que encontrar una piedra brillantede color rojo que se encuentra en una laguna oscura encima de un cocodrilo. Pero tened cuidado con él, porque tiene unos dientes muy afilados y podría acabar con vosotros, dijo la anciana.

 

El intercambio(10)


Miguel, cuando estaba apunto de consolar a Marta, se detuvo al instante al sentir algo muy peligroso y poderoso, se puso en guardia pero era demasiado tarde, de repente el dragón desapareció de sus manos y fue a parar a las manos de una persona que se hallaba cerca de ellos.

Miguel: ¿Qué haces aquí Amadeo?

Amadeo: ¿tu qué crees?, no debiste bajar la guardia en territorio enemigo, y menos por esa chica, ¿de qué ha servido tanto entrenamiento al lado de Merlín? No has aprendido nada chico y ahora lo vas a pagar….JAJA

Marta se escondió pues empezó a haber fogonazos, un choque tras otro choque, Marta estaba presenciando una verdadera pelea de magos, pero no veía nada, y cada vez estaba más preocupada por Miguel…

De pronto Miguel cayo a su lado, estaba herido de un brazo, era obvio que ya no podía seguir peleando, Amadeo había ganado la pelea, y ahora estaban a su merced.

Amadeo: JAJA, no eres más que un pobre aprendiz con una habilidad mediocre, no se como se le ocurrió a Merlín enviarte a por este poderoso dragón, porque supongo que no sabes para que lo quiere, ¿verdad muchacho? Te lo contare como último favor hacia ti. La sangre de dragón, como debes saber, es muy poderosa, ya que tiene el poder de darte más vida, es decir, alargarte la vida, Merlín esta en los últimos momentos de su vida, pero no quiere morir para no dejarte solo y terminar de enseñarte. En mi opinión es una perdida de tiempo porque no vales para nada, pero el cree en ti. Sin este dragón en morirá, y tu no podrás hacer nada para impedirlo, pero no te mataré, eso sería demasiado fácil, lo que voy a hacer es dejarte sin poderes, y se los voy a dar a la persona por la cual estas en esta situación, a esa chica, lastima que no sepa utilizarlos ¿no? JAJA.

Hubo un destello, y Amadeo y el dragón ya no estaban, Miguel había perdido sus poderes, ahora los tenia Marta, y se hallaban atrapados en ese mundo tan peligroso y desconocido al que habían ido a por el dragón y Miguel seguía herido, estaban en la peor situación que se les podía dar, la cosa no podia ir a peor…¿o sí?

El laberinto(7)


Descubrieron un cartel que decía: “entrad para encontrar lo que buscáis pero, ¡cuidado! de no perderos o caeros.” Ambos se detuvieron y se quedaron en silencio, hasta que Marta lo rompió preguntando:

Marta: ¿Qué significa esto?

Miguel: Obviamente se refiere a que en realidad la cueva es un laberinto subterráneo, pero lo que en realidad me preocupa es esa última parte de “caeros”, quien sabe las trampas o criaturas que nos aguardan en el interior del laberinto. Marta no debes separarte de mí, y debes obedecerme en todo lo que te diga. Vayamos.

Ambos avanzaron con paso cauteloso, con mucho cuidado para no tentar a la suerte, entonces lo vieron, una luz al fondo, “por fin”, “lo hemos conseguido” pensaron aliviados corriendo hacia ella, o quizá no, de pronto la luz se convirtió en una llamarada y antes de que se dieran cuenta el fuego se expandía a su alrededor, por suerte Miguel logro protegerlos con un hechizo, pero su descuido al bajar la guardia le costo una buena quemadura en el brazo, se hallaban frente a un dragón, pero “es extraño” pensó Miguel aun dolorido del brazo, «¿como es posible que en un laberinto tan estrecho quepa un dragón?”, entonces se dio cuenta de que la cabeza salió por un orificio que había en el suelo, entonces el dragón, como si pudiera pensar, golpeo en suelo en el que se hallaban con su llamarada, Miguel logro protegerlos a ambos de nuevo, pero se dio cuenta de que el suelo estaba cociendo ante la llamarada, y su estructura cedió y ambos comenzaron a caer, entonces Miguel lo entendió todo, en esa palabra “caeros” se estaba refiriendo a que el dragón los arrastraría hasta el fondo, ambos cayeron en un lago, el dragón estaba esperando a que salieran a la superficie, pero en el fondo del lago había algo…

La caja mágica de Lancelot (5)


Marta, sin creer lo que estaba viendo, salió corriendo hacia el cuarto de baño de la gasolinera y allí se encerró. A los 5 minutos siguientes, Miguel fue a buscarla y le dijo:

– Marta, no tengas miedo. Marco de Lancelot me suena de algo, quizás sea el amigo de mi hermano, y aunque parezca un poco raro, es un buen chico, te lo aseguro.

Marta salió del cuarto de baño asustada, y muy despacio se acercó a Miguel.

Marco de Lancelot seguía allí, en el mismo lugar, sólo y sin moverse del sitio.

Los chicos se volvieron a acercar al tipo raro, como Marta decía, pero a Miguel no parecía importarle que Marco de Lancelot lo hiciese desaparecer, y para Marta era algo nuevo que nunca jamás había pensado que le iba a ocurrir.

Marco de Lancelot sacó una caja de color amarillo de su bolsillo trasero y se dispuso a hacerlos desaparecer a los dos al mismo tiempo. Les dijo que no tardarían mucho en volver de nuevo a casa, pero que allí tendrían que buscar a algún duende que les hiciese regresar. De repente, Marco de Lancelot le dijo a Miguel que abriese la caja junto con Marta, al mismo tiempo, y que por nada del mundo la soltasen. Poco tiempo después de abrir la caja, Marta y Miguel ya no estaban allí, se encontraban en un lugar hasta entonces imaginario para los dos. Aquel lugar tenía mucha claridad, se oía el sonido leve de los pájaros constantemente, había muchos árboles y muchos animales, pero no había duendes por ningún lugar. Empezaron a caminar y Miguel le propuso a Marta ser su novia. Marta se quedó callada por unos momentos, y aunque no lo conociese demasiado le dijo que sí. Miguel no se esperaba esa respuesta, y fue tan sorprendente para él, que no se pensó darle un beso.

Marta sonrió y le dijo que le contase un poco de él, pero él ya le había dicho lo más importante: tenía que cumplir una misión, sin saber qué mision podría ser, pero mientras paseaban montados a caballo en aquel lugar, Miguel le fue contando sus aficiones, sus gustos…