Quizás era por mi estado de ánimo en ese momento, o porque veía a mi madre cada vez más nerviosa, pero me estaba empezando a arrepentir de lo que les había hecho. Sabía que dentro de unos días aparecerían y todo acabaría bien, pero algo en mi interior estaba despertando el miedo en mí. Mi madre colgó el teléfono.
-La policía quiere hablar contigo Mario, – me dijo mi madre mientras me quedaba paralizado.- Al parecer fuiste tu el último que los vio antes de que se fueran.
-Sólo querrán saber a dónde iban o alguna cosa así, no te preocupes, hijo. – respondió mi padre al instante, como si se hubiera dado cuenta de lo que pensaba.
Me intentaba tranquilizar pensando que mi padre tenía razón. De repente sonó el teléfono y corrí a cogerlo: era Isabel.
-Mario, ¿te has enterado de la noticia?- se notaba que estaba preocupada.
-Como para no enterarse, está en todas partes. ¿No pensarás que es culpa mía? -dije intentando disimular; lo único que me faltaba es que se enterara que había sido cosa mía.
– ¿Cómo iba a pensar una cosa así? Yo sé que no eres así, se que eres simpático y dulce, y no podrías hacer algo de este tipo.
Noté cómo se me hacía un nudo en la garganta; debía apartar este tema como fuera. – Y bueno, ¿qué tal la cita?
Al terminar la pregunta su tono de voz cambió, se notaba un poco desilusionada.
-La verdad… no ha sido como esperaba: estaba muy ilusionada, pero creía que era de otra forma. Ha resultado ser un egocéntrico, sólo hablaba de él, de sus entrenamientos de fútbol… nunca en mi vida me había aburrido tanto. Me hubiera gustado más quedar contigo y escribir juntos alguna historia, solo que intentando que no pase nada malo, claro.
Empezó a reír, y aquellas palabras hicieron que se me olvidara todo el tema de Lucas y sus amigos. Quizás prefería pasar el rato conmigo porque soy su mejor amigo, pero al menos, prefería pasarlo conmigo. Sin quererlo, se me escapó una sonrisa.
FUENTES: IMAGEN
Filed under: Narración, Narración 2015-16 | Leave a comment »